Alli por los años 60 estudié en Madrid y Antonio era uno o dos cursos superior al mio. En aquel momento, junto con nuestra compañera Pepita Fernandez Arufe fuimos sus alumnas , pues nos daba clases particulares en su casa los fines de semana. La vida nos llevo a vivir en lugares alejados. Coincidí nuevamente con él pasados unos años, cuando una de mis hijas fué a estudiar a Madrid y le tocó como profesor ya en la Facultad y quedó claro su madera de buen docente. Por eso quiero mandar mis sentidas condolencias a toda su familia . Tengo muy presente en mi memoria los momentos que compartimos en esos ya lejanos tiempos de nuestras vidas. Descanse en paz.

Maestro. Nos dejas tu legado. Nos dejas tus enseñanzas. Nos dejas tu humanidad. No te has ido, estás con nosotros.

Reciban nuestras condolencias desde la Universidad Pablo de Olavide.

Querida Maite, ya sabes el cariño que, en Santiago, le teníamos a tu Antonio, nuestro profesor Pulido, por su gran valía profesional pero, sobre todo por sus grandes cualidades humanas, su sonrisa y su cariño. Un beso grande!

Excelente persona y brillante profesor. Sin duda era un ejemplo a seguir por todos nosotros. Una pérdida enorme para los que tuvimos el privilegio de trabajar y aprender a su lado. DEP.

Brillante, buen profesor, excelente investigador, generoso con una mano tendida a los demás. Recordaré siempre lo aprendido con tu presencia y buena acogida en las Reuniones Anuales de Asepelt.

Se nos ha ido un referente para la Universidad española. Tuve la fortuna de conocer y tratar a Antonio, compartir ideas sobre la Universidad, de lo que me siento orgulloso, así como de haber compartido con él tareas para nuestra querida asociación Asepelt. Donde estés ahora, descansa en paz Profesor Pulido.

En mi propio nombre y en el de la Sociedad de Economía Mundial que presido mis condolencias a la familia y nuestro agradecimiento a un profesor de universidad que lo ha sido de todos nosotros.

De la profunda tristeza que me produce la pérdida de Antonio Pulido me queda la gratitud de haber compartido mucho con él y en eso me siento afortunada. Comencé a trabajar a su lado al terminar la licenciatura, dirigió mi tesis doctoral y la mayoría de los proyectos en los que he participado. Guiaba mis pasos. Es mi Maestro, mi referente como universitario y economista. En el Instituto LR Klein-UAM, en CEPREDE, en HISPALINK hemos vivido grandes momentos con otros colegas. Es muy difícil asumir que ya no podremos contar con él, con sus brillantes ideas/opiniones/reflexiones. Mi cariño hacia su familia, tan cercana a todos, que puedan sobrellevar el dolor de su ausencia.

Siempre ha sido nuestro maestro, pero siempre parecía más un compañero que un maestro. Hemos aprendido de él como profesores, como amigos, como personas. Su amor por la Universidad pública ha sido siempre un aliciente para quienes nos sentíamos abandonados por los poderes públicos. Nos enseñó que, en buena parte, nuestra Universidad sería lo que nosotros quisiéramos que fuera. ¿Quién nos enseñará ahora a pensar en la Universidad, en la Economía, en lo sencillas que eran las cosas más difíciles? Qué sensación de soledad.
Un abrazo para su familia, y para su Departamento e Instituto.